PCCC, un compromiso de carácter mundial

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Por Andrés García

Muchos hablan del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano, PCCC, de la honrosa designación realizada en 2011, por parte de la UNESCO, en calidad de Patrimonio de la Humanidad. Incluso algunos van más allá y mencionan sus atributos sin que realmente – hasta la fecha – el grueso de la población haya tomado verdadera consciencia de su significado.

De valor único e irremplazable – ejemplo sobresaliente de hábitat y de uso de la tierra, asociado con tradiciones culturales vivas – su Declaratoria conlleva a que el Estado colombiano a través del Ministerio de Cultura, de la mano de autoridades regionales, departamentales, municipales y todos los habitantes de la región, adquiera el compromiso de conservar este territorio productivo por medio de un Plan de Manejo Integral Estratégico que preserve esta riqueza natural, legado para las futuras generaciones. 

 

51 municipios y 858 veredas de Risaralda, Caldas, Quindío y Valle conforman el PCCC,  región mayormente poblada en el Siglo XIX por colonizadores antioqueños, cuya tradición ha girado alrededor del Café, generando así expresiones artísticas como la literatura, la arquitectura, la arqueología, la pintura, la música, la danza y el vestuario, entre otros, hoy presentes en nuestra Cultura.

En Risaralda, los municipios que hacen parte de este reconocimiento son Pereira, Apía, Belén de Umbría, Dosquebradas, Guática, La Celia, Marsella, Quinchía, Santa Rosa de Cabal y Santuario. El Ministerio de Cultura, la Federación Nacional de Cafeteros, los Comités Departamentales, la Asociación de Municipios del PCCC, la Academia Regional, el Comité Técnico Regional, las Gobernaciones de Risaralda, Caldas, Quindío y Valle, las Corporaciones Autónomas Regionales, el SENA y la RAP Eje Cafetero, han avanzado en la preservación de este Valor Universal Excepcional (VUE), asociado a tradiciones vivas, ideas, creencias y obras artísticas de importancia universal excepcional; sin embargo, hay que redoblar acciones en este propósito común.

 

Incluir el PCCC en la formulación transversal de los actuales Planes de Desarrollo, con el respectivo financiamiento por dependencia, a fin de garantizar los recursos económicos para su sostenibilidad, que permita articular acciones conjuntas (El documento Conpes 3803 asignó responsabilidades específicas con la sostenibilidad del PCCC a al menos nueve Ministerio), sin duda permitirá mitigar algunos de sus actuales riesgos y amenazas, como por ejemplo su sostenibilidad ambiental, la erosión del suelo y la contaminación de sus afluentes hídricos, a consecuencia del vertimiento de aguas residuales, o la propia minería a cielo abierto.

El cuidado y la conservación de la arquitectura regional de Bahareque, así como la preservación y promoción del Patrimonio Cultural Material e Inmaterial (Actividades humanas en un territorio concreto), la democratización del Turismo como fuerza transformadora para Cultura de Paz, donde se armonicen objetivos de desarrollo social y económico y el Turismo Cultural (Rituales, personajes, recetas, técnicas ancestrales), son otras de las acciones ya identificadas que deben ser promovidas e impulsadas en su integralidad si en realidad queremos preservar esta Declaratoria, compromiso de carácter mundial.