Ningún esfuerzo, propósito o iniciativa caerá en tierra fértil y dará frutos, hasta tanto la educación sea la base de cualquier proceso social. Sorprende, para no emplear otro término que desmotive a los lectores, reconfirmar la incultura ciudadana que – en general – prima en la conducta de muchas y muchos pereiranos.
Las Fiestas de Pereira no han sido realmente la causa del desmán que se registra en algunos sectores de nuestra capital, como inseguridad, basuras en las calles y ruido en exceso. Tampoco podría decirse que a las empresas de Aseo o ATESA les falte planificación o esfuerzo. Se ha demostrado que hay compromiso por parte de la Administración Municipal – probablemente con acciones de mejora, como en todo proceso – pero la fiebre no la podemos buscar en la sábana sino en el enfermo: La Cultura Ciudadana o, para este caso, la Incultura Ciudadana.
Manizales, Armenia y Pereira, por ejemplo, son tres ciudades hermanas, cercanas. Sus procesos de crecimiento, trayectoria y hasta desafíos son bastante similares. Los límites político-administrativos, son solo eso, límites de jure más no de facto. ¡Somos los mismos y las mismas!. Muchos trabajamos en el territorio y con frecuencia nos desplazamos de una capital o de un municipio a otro como lo hace a diario un ciudadano al interior de una ciudad más grande. En las tres ciudades encontramos gente emprendedora, trabajadora y acogedora, en su gran mayoría. No obstante, difícilmente uno observa en la capital caldense o en la quindiana la Incultura Ciudadana que exhibe Pereira. Ahí si, nadie nos gana.
La ciudad más limpia no es la que más se barre. Es la que menos se ensucia. No hay ciclo de recogida de basura ni programa municipal – por bien estructurado o planificado que esté – que conjure la falta de compromiso que evidencia una gran torta de la población pereirana. Al lado de una cesta de basura uno tristemente encuentra por fuera comida, vidrios de botellas de licor esparcidos por andenes y jardines y más basura y un poco más de basura más allá. En capitales como Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Manizales o Armenia, la población cuida de su ciudad. Las personas, desde muy jóvenes, identifican el mobiliario urbano como una extensión de su hogar y, en lugar de atentar contra este, lo cuida y salvaguarda. Caso concreto Metro de Medellín, como ningún metro en el mundo.
La transformación social no está en manos únicamente de las entidades del Estado. ¡Comienza en casa! La autorregulación y el ejemplo, desde el hogar sonimperativos. Los comparendos y la aplicación del Código de Policía, una necesidad diaria. Ojo con Centro, Circunvalar, Pinares y carreras 7ma y 8va. www.infinitepowertraining.com