Plan Nacional de Danza

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Por Andrés García

“Bailar es sentir, sentir es sufrir, sufrir es amar. Usted ama, sufre y siente, usted baila”, Isadora Duncan. En este espacio de Gobernanza Cultural, de juntanza artística, quiero saludar muy especialmente a los delegados del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, promotores de este Encuentro de Danza con el Pueblo risaraldense, espacio en el cual – en primer momento – se socializará el Plan Nacional de Danza 2025/2035 para, luego, realizar unas mesas de trabajo con todos los participantes y con ello alimentar este fundamental proceso.

Así mismo, abrazar a las comunidades, los creadores, gestores, colectivos del campo dancístico en Risaralda, protagonistas de la cultura local, seres que a través del arte aman, sufren y sienten. Este viernes es histórico para el Eje Cafetero y es un día titular porque desde este escenario académico nos ocuparemos durante toda la jornada de ampliar las formas de entender el arte danzario, de conocer y reconocer el lugar que ocupa en un territorio trietnico como el nuestro, un territorio que baila, para contar historias, honrar las tradiciones, conmemorar sus ancestros, conectarse con el entorno natural, crear diálogo social, manifestar su sentir, protestar en contra de aquello que atente contra sus creencias, celebrar, compartir, amar. Todo movimiento expresivo, arranca del alma.

La danza, además de ser expresión artística y virtuosa del ser vivo, de animales humanos y no humanos, es la puerta de entrada al espíritu del hombre. A través de su cadencia, la creatividad, el talento, la técnica, encuentran un lugar por medio del cual transitar una experiencia de aquello que llamamos verdad. El cuerpo humano es una danza permanente donde además el territorio, la diversidad y la intersectorialidad confluyen para dar cita a la identidad, a la construcción de nación.

Con el liderazgo del Gobernador Juan Diego Patiño, Risaralda no es ajena a este diálogo que hoy el Ministerio propone. Desde nuestra Politica Pública de Cultura, el Consejo Departamental de Cultura, el Consejo Departamental de Danza, los procesos de formación dancística a través de la Escuela Popular de Arte de Risaralda, las ordenanzas, los proyectos de Concertación Artística y Cultural, convenios y apuestas en las que avanzamos hacia la profesionalización del sector, de la mano de universidades aliadas como la UTP, el departamento vibra y se mueve hacia la consolidación de políticas públicas que fortalecen ese vínculo entre las emociones y el cuerpo, el cuerpo y la naturaleza, el cuerpo y la tierra, la diversidad y lo diferencial, la multiplicidad de las étnias, de las culturas, de los saberes dancísticos, de las poblaciones y los territorios y, en particular, el reconocimiento de las prácticas danzarias en el seno de las comunidades.

Como en alguna ocasión le escuché decir a nuestra Ministra Yannai Kanadamy, “Transitar hacia la paz se logra desde el reconocimiento de lo divergente”. Pues bien, desde este terruño biocultural y megadiverso, RISARALDA, desde donde respaldamos el proyecto de fortalecimiento a la Ley General de Cultura 397 que actualmente cursa en el Congreso, encontramos también en la danza un instrumento para – desde el arte – combatir la agresión, el odio y la apatía, construir puentes, generar hermanamiento y apostarle a una Cultura de la Paz, a través del movimiento.

En Risaralda también sentimos, sufrimos y amamos. ¡En Risaralda bailamos! (Palabras en la instalación del Encuentro de Danza con el Pueblo, en Risaralda). Autor: *Director de Cultura de Risaralda.