El sendero hacia la auto transformación es posible! Pasamos gran parte de nuestra vida buscando por fuera las respuestas a nuestras preguntas cuando, en realidad, todas ellas habitan en lo profundo de nuestro ser. Nos inscribimos en cursos, realizamos estudios, nos matriculamos en esto y lo otro, vamos allí y un poco más allá, con tal de hallar respuestas a preguntas de corte existencial que nos acompañan desde siempre. Por lo general, desaprovechamos el tiempo llenando la mente de mucha información hasta que, finalmente, comprendemos que – para ver las cosas tal cual son – debemos vaciar su contenido y convertirnos en verdaderos apreciadores de la vida, valoradores del momento, el único tiempo que en realidad existe.
En alguna ocasión, Pitágoras se preguntó: “¿Por qué está el hombre en la tierra? Para contemplar el cielo”, se respondió a sí mismo; sin embargo, muchos seres humanos no lo saben, en tanto otros complejizan seguramente este enunciado desde su ego. Presas del vagabundeo mental, el hombre moderno se aparta de su sabiduría por acceder a un conocimiento transitorio, construyendo hábilmente una vida de desdicha y suplicio, haciendo de lo intrascendental lo esencial, de lo efímero lo eterno, de lo natural lo extraño.
El Vipassana, “Ver las cosas como son”, es una de las técnicas milenarias de meditación más empleadas en la India. Satya Nayan Goenka, maestro de esta tradición budista, consideraba que todos y todas podemos desarrollar un entendimiento introspectivo perspicaz de nuestra existencia, dejándonos de aferrar a las cosas y aceptando la vida tal como es. Considerada por maestros y sabios orientales como la cura de todos los males que aquejan al ser, el Vipassana controla la mente por medio de la respiración y el silencio. ¡La mente controla el cuerpo pero la respiración controla la mente!
Cuando experimentamos tranquilidad, nuestros glóbulos blancos y leucocitos producen diazepam, que es mismo Valium que controla la ansiedad. Por tanto, a través de la meditación, del observar el mundo tal cual es, recuperamos ese recuerdo de totalidad con el Universo, nos relajamos y disminuimos la tensión diaria. Nuestro cuerpo y el del cosmos, sonuno solo. Nuestras emociones son inseparables del mundo exterior. “Somos seres humanos, no un pensar humano ni un hacer humano”, Deepak Chopra.
La causa del sufrimiento es la ignorancia. Sujetos a este sufrimiento, permanecemos ignorantes confundiendo Mente con Espíritu. Si queremos transformar la manera cómo el mundo nos afecta, empecemos primero por cambiar nosotros mismos.Apartes del libro: “El Poder Infinito”, autor: Andrés García www.infintepowertraining.com