Por Andrés García
Una chica muy bien presentada, de unos 25 años de edad aproximadamente, cabello largo y bien arreglado, con ropa, gafas y bolso de marca – hablando por un celular de última tecnología por un aeropuerto del país – se acerca al counter de check in de la aerolínea con la cual viajará a su destino internacional, para entonces enseñar su pasaporte. En este aparece por escrito el nombre de Camilo Pérez, al lado de la foto de un joven de gafas, dato ratificado por su cédula. Aquella chica, es Camilo.
Desde el pasado 25 de agosto de 2023, la Cancillería colombiana – a fin de reconocer la diversidad sexual y de género de las personas – incluyó la opción “X” en el pasaporte, dejando así para el ciudadano tres opciones de género en el documento, reconociendo de esta manera la intersexualidad y la identidad de género no binaria; es decir, ni hombre ni mujer, en cumplimiento a la sentencia de la Corte Constitucional que ordenó el reconocimiento de género no binario en la cédula de ciudadanía. ¿Es el sexo una noción indeleble de la biología o es una construcción performativa? Se nace con pene o con vagina (Para no adentrarme en casos de hermafroditismo). Es un hecho pero… es el comportamiento humano algo regulado por la biología o por la cultura? El debate continúa.
El Género en Disputa o Cuerpos que Importan, de la filósofa de Yale Judith Butler, actual Directora de la cátedra Maxine Elliot de Retórica, Literatura comparada y Estudios de Mujer en la Universidad de Berkeley de California, una de las figuras más relevantes de la filosofía posestructuralista, de la teoría queer y la filosofía política, junto a Manifiesto Contrasexual de Paul Beatriz Preciado, Filósofo español Transgénero, Máster de Filosofía Contemporánea y Teoría de Género, son estudios contemporáneos que bien valdría la pena analizar en los tiempos que corren donde cada vez es más notorio observar la presencia no binaria en los círculos sociales.
El mundo está cambiando y observar dicha transformación nos debe invitar a ser Seres más comprensivos, más amorosos, menos emisores de juicios. En lo personal estimo que el análisis debería enfocarse no en si se es hombre o mujer. Ante todo, se es Ser Humano y esta sola condición, por encima de cualquier interpretación, es lo suficientemente poderosa para que el respeto sea siempre el portavoz que medie cualquier declaración. Si además dicho reconocimiento en el pasaporte contribuye a promover un voto en contra de la discriminación y del analfabetismo funcional que tanto perjuicio le han causado a millones de personas en el mundo, celebro tan trascendental decisión.
Me queda la duda de si la casilla en cuestión debería identificarse con una X, letra que implícitamente comunica una connotación de marca o eliminación. Valdría la pena que esta fuese reemplaza por unas NB (No Binario), a fin de transmitir un verdadero y legítimo mensaje de inclusión.