Por Andrés García
En 1920, cuando Colombia era muy probablemente uno de los países más atrasados y aislados del continente – con una infraestructura precaria, en el marco de la afectación que sobre la economía local tuvo la paralización del comercio exterior, en razón a los coletazos generados por la I Guerra Mundial – la sabiduría del Universo se encarna en una mujer que para ese año nacería en Risaralda, trayéndonos no solo sus valiosos aportes artísticos y culturales, sino un impulso vital al pensamiento de la mujer colombiana: Lucy Tejada Sáenz.
Si bien su legado representa un invaluable aporte a las artes y oficios de la cultura contemporánea – en calidad de investigadora, muralista, artista del dibujo y escultora, es, en mi concepto, su rol de mujer adelantada a su época – con un pensamiento disruptivo, emancipador, revolucionario – uno de sus grandes legados, albores del fundamental rol que cumplen las mujeres en los tiempos que corren. Fue gracias a la artista risaraldense Lucy Tejada, entre otros, que el arte moderno se instaura en Colombia y que, de paso, el pensamiento de lo femenino emerge y comienza a alzar vuelo, mediante la expresión armoniosa de gestos y acciones, cuestionamientos y expresiones artísticas, que fundamentan mucho de lo que hoy existe.
En una sociedad heteropatriarcal, concepto desarrollado en las últimas décadas, de la mano de filósofos con Paul B. Preciado y Judith Butler, a los cuales he hecho referencia en escritos recientes, donde el pensamiento social en occidente, performativo – dictaminado únicamente por el hombre (Entiéndase desde lo masculino) define qué pensar, cómo, cuándo, dónde y por qué los géneros masculino y femenino se comportan como lo hacen – infortunadamente a la mujer de épocas anteriores poco o nada se le consideraba, incluidos los ámbitos culturales y artísticos. De allí que abrirse camino en un escenario de estas características requiriera no solo del talento artístico sino también del ingenio de una visionaria como Lucy Tejada.
Vanguardista, pionera del arte contemporáneo colombiano, Tejada Sáenz fue para orgullo regional una de las primeras mujeres bachilleres en el Valle del Cauca, departamento donde vivió gran parte de su vida. Graduada de la facultad de Artes de la Javeriana de Bogotá, cuando para la época la sociedad establecía que la mujer pertenecía a la casa, fue igualmente una de las primeras mujeres integrantes de El Centro Intelectual Capitalino, círculo conformado y frecuentado únicamente por hombres, en contra disposición a lo establecido por el rígido pensamiento de la época. Fue además ilustradora de El Tiempo y El Espectador, amiga de los también maestros Obregón y Botero, con destacadas participaciones en bienales de Brasil, Argentina, México, Cuba, Puerto Rico y España.
El pensamiento moderno, de la mujer actual y del Ser contemporáneo, se nutre de la vida y obra de esta gran artista risaraldense cuyo trabajo se encuentra exhibido en el reaperturado Museo Lucy Tejada, gran iniciativa de la Secretaría de Cultura de Pereira. En Risaralda si contamos con escenarios culturales que deben estar en la retina de propios y visitantes, muestra que inspira e invita a creer en esa fuente inagotable de la creatividad de lo femenino, a través de obras tan valiosas como Oxígeno, Mujeres sin hacer Nada o La Alegría de Aprender, entre tantas. *Director de Cultura de Risaralda.